Hola a todos!
Cuando hablamos de Movimiento una de las palabras que primero acuden a la mente es el Control Motor.
Hoy en día, que tanto se nos llena la boca a los entrenadores al hablar de «Entrenamiento Funcional», no entendemos que a lo que nos referimos en realidad es a la generación de Movimientos Controlados por nuestro sistema nervioso que generan funciones corporales que resuelven problemas motores, ya sean de la vida diaria (como levantarse de una silla o coger una manzana del árbol del vecino), de nuestra profesión (un rescate en el interior de una vivienda para un bombero o cocinar para un ama de casa) o de nuestro deporte (golpear una pelota en nuestro partido de pádel con los amigos).
¿Qué entendemos por Movimiento Controlado?
Realizar movimientos no significa que lo hagamos de manera controlada. Cuando un movimiento no está controlado, no cumple con alguna de las condiciones incluidas en la definición de Control Motor:
«La capacidad de organizar las fuerzas (internas y externas) para resolver problemas motores de la manera más eficiente posible»
Dentro de esta definición he querido destacar la palabra eficiencia porque sin duda es algo tremendamente relacionado con el Control Motor y un factor que a menudo no tenemos en cuenta cuando hablamos de Entrenamiento Funcional.
Eficiencia, como bien dice Todd Hargrove, es la esencia del buen uso de nuestro cuerpo. Una tarea realiza de manera eficiente significa que los músculos que generan las fuerzas internas de nuestro cuerpo (sobre las que podemos actuar) resuelvan la tarea con la mínima contracción y gasto energético posible.
¿Qué ocurre si nos somos eficientes?
Si nos somos eficientes, independientemente de que resolvamos la tarea, se producen una serie de consecuencias directas:
1- Sometemos a las estructuras que generan y soportan esas fuerzas (músculos, tendones, ligamentos huesos y articulaciones) a un desgaste excesivo e innecesario.
2- El gasto energético es mayor y también innecesario. Si este gasto energético es mayor, por un lado resulta que los sistemas energéticos están produciendo energía inútil, con las consecuencia a todos los niveles que esto conlleva:
– Menor capacidad para realizar acciones posteriores debido a que nuestra energía es limitada y si la malgastamos, se «acaba» antes.
– La energía que se pierde va a parar a estructuras que no están diseñadas para aguantar el mal uso de esta energía.
Estos puntos que explicados así (es lo mejor que he podido) tal vez sea difícil extraer unas consecuencias prácticas a la hora de entrenar, son de vital importancia a la hora de desarrollar programas de entrenamiento. Os pondré unos ejemplos prácticos que tal vez aclaren un poco a que me estoy refiriendo.
Cuando por ejemplo, hacemos un ejercicio tan «simple» como una sentadilla o recoger un objeto del suelo, son cientos los músculos que participan en el movimiento y que deben actuar de manera controlada y eficiente. Si no es así, podemos resolver ese movimiento (es decir, ponernos en posición vertical) pero con una serie de consecuencias nefastas para nuestro organismo. Si por ejemplo, los músculos del Core no están coordinados entre ellos o el glúteo medio no estabiliza correctamente la cadera, a la larga, la zona lumbar sufrirá una mayor carga compresiva y la rodilla realizará desplazamientos inadecuados para su estructura y producirán inevitablemente una lesión.
En cambio, cuando el movimiento es realizado de manera eficiente, todas las fuerzas internas están controladas y se reparten de manera adecuada entre aquellas estructuras que deben soportar el movimiento. No existen, por ejemplo, vértebras que soporten mucho más peso que otras y la carga se reparte a lo largo de toda la columna.
Una tendinitis, generalmente ocurre porque ciertos músculos (y tendones) de una estructura (el hombro por ejemplo) realizan acciones que probablemente deberían resolverse a través de la participación de muchos más músculos. Una lesión en el manguito de los rotadores puede ser una consecuencia de que ciertos músculos de la espalda no estabilicen y movilicen bien el complejo de columna dorsal-cintura escapular y la carga para realizar un movimiento tengan que soportarla en su mayor parte ciertas estructuras que no están diseñadas para recibir tanta tensión.
En definitiva, y ya termino, si no somos eficientes sometemos a ciertas estructuras a un uso y desgaste excesivo mientras otras quedan «silenciadas».
Por eso cuando entrenamos, debemos tratar de diseñar ejercicios que provoquen la creación de un mapa motor completo, donde absolutamente todos los músculos de nuestro cuerpo participen coordinadamente de manera que se busque la máxima eficiencia del conjunto de fuerzas que actúan sobre el cuerpo.
Os dejo con un ejemplo de eficiencia en este vídeo. Observar como Roger Federer emplea absolutamente todas sus estructuras en un saque de manera coordinada y eficiente, provocando un movimiento fluido, sin que aparentemente unas estructuras participen más que las otras… simplemente lo hacen de manera diferente.
(Como dice Federico Heuck en los comentarios, comparad este gesto con un saque de Nadal… Siendo la masa muscular de Nadal mucho mayor, el control motor y la eficiencia de Federer es superior, siendo uno de los mejores saques del Circuito ATP en potencia y precisión… y pensad también en el historial de lesiones de uno y otro… eso sí…grande Nadal!!)
Un saludo!