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Dolor lumbar en adolescentes: posibles factores contribuyentes

Es de sobra conocida la alta prevalencia y el gran impacto que tiene en las personas adultas de todo el mundo el dolor en la zona lumbar de la espalda. Pero, aunque es un tema que se ha estudiado menos, los adolescentes también presentan habitualmente dolor en esta zona del cuerpo.

Para la mayoría de los adolescentes el dolor lumbar no es inhabilitante ni les lleva a acudir a las consultas médicas, lo ven como otro problema más de la vida con el que deben lidiar, como un resfriado o estar tristes. Sin embargo, hay adolescentes en los que el dolor lumbar sí que tiene efectos negativos en sus vidas; reducen sus actividades físicas y diarias, toman medicamentos, faltan al colegio…Además, se ha demostrado que existen mayores probabilidades sufrir dolor lumbar en la edad adulta cuando la persona tuvo dolor cuando era joven. Por todo esto, no hay que quitarle importancia al dolor lumbar y debemos ayudarles en la medida de lo posible. Pero, como en todo, lo primero es estar bien formados en el tema.

Hace pocos días Kieran O´Sullivan, junto con varios colaboradores, ha publicado una nueva revisión que nos ayudará a entender mejor el dolor lumbar en adolescentes, para así poder dar recomendaciones acertadas y diseñar las evaluaciones y tratamientos más adecuados en cada caso. El objetivo de esta entrada es mostrar los puntos más relevantes de la primera parte de dicha revisión: ¿A qué se debe el dolor lumbar en adolescentes?

El dolor lumbar puede venir explicado por:

a) Patología seria (malignidad, infección, inflamación fracturas…)

  • Muy raro en adolescentes (< 1%), pero puede darse el caso, por lo que  no debe descartarse.
  • Hay que prestar atención a la presencia de banderas rojas, que nos indicarán si es necesario derivar a la persona para que el profesional sanitario pertinente evalúe el problema a fondo y puedan tomarse las medidas correspondientes. Estas son: historial de cáncer, inicio insidioso de dolor severo, fiebre, pérdida de peso inexplicable, déficit neurológico, dolor de noche y rigidez matutina prolongada (> 30 min.). Es importante tener en cuenta la combinación de estas variables y no de manera aislada.

b) Patología espinal específica

  • En la mayoría (95%) de adolescentes no se puede determinar una única causa patoanatómica que explique el dolor lumbar.
  • Tanto en adolescentes como adultos, los resultados de los estudios morfológicos con imagen se correlacionan de manera pobre con el dolor lumbar.
  • La degeneración de los discos tiene una prevalencia del 30% en adolescentes, pero no se asocia con el dolor lumbar. La prevalencia de las hernias asociadas a ciática es muy pequeña (<1%).
  • Por todo esto, la investigación de estos problemas es poco importante en esta población. Aunque habrá casos en los que sí sea relevante (por ej. un dolor lumbar agudo, inhabilitante y asociado a un traumatismo puede deberse a la existencia de una fractura. También cuando existan síntomas relacionados con el síndrome de cauda equina o de déficits neurológicos…)
  • Aú con la presencia de alguna patología específica, deben tenerse en cuenta otros factores. Las pruebas utilizadas para detectar una patología espinal son solo una parte de un proceso de evaluación multidimensional.

c) Causas inespecíficas (dolor lumbar no específico)

  • Por suerte, la mayoría de los adolescentes no presentan ni patologías serias ni patologías espinales específicas. Por ello, al igual que en los adultos, estos adolescentes pueden categorizarse en “dolor lumbar no específico”. Esto no indica que los tejidos no estén contribuyendo, significa que la morfología de estos están dentro de unos límites normales y que es un factor más a tener en cuenta entre otros muchos. Veamos cuáles pueden ser estos factores…

Factores contribuyentes:

  1. Factores patoanatómicos.
  • No será casi nunca la única causa, pero aumenta la señal nociceptiva, que puede aumentar o disminuir en función de otros factores.
  • La patología más común entre adolescentes es la espondilolisis (puede ser diagnosticada mediante diferentes pruebas, pero la más recomendada es la resonancia magnética)
  1. Factores físicos.
  • Se sigue pensando, a pesar de que la ciencia lo rechaza, que el dolor lumbar tan solo se explica por factores físicos.
  • Postura/alineación de columna:
    • El hecho de sentarse con la espalda doblada se ha demonizado por un lado porque puede considerarse una actitud poco respetuosa, pero también porque se suele establecer una relación entre esta y el dolor lumbar. No obstante, si esta postura se asocia con el género masculino, con un mayor IMC, con mayores horas de televisión, menor resistencia muscular y menores niveles de autoeficacia, no se ha encontrado una relación fuerte con el dolor lumbar. Existiendo otros factores, como la salud mental, que presentan una mayor asociación con el dolor.
    • La relación entre la postura de pie y el dolor lumbar es igual de escasa. Si que es cierto que algunos estudios transversales han encontrado una asociación entre estas dos variables, pero también se ha demostrado que la postura es un débil predictor de dolor lumbar en el futuro. Además, la presencia de diferentes variables relacionadas puede llevar a conclusiones equivocadas. Por ejemplo, la postura hiperlordótica se relaciona con el dolor lumbar, pero también en el IMC…¿es la postura o el IMC, o ninguno, lo que explica con el dolor?
    • Con la escoliosis, algo común entre adolescentes, ocurre algo similar; la prevalencia de dolor lumbar no difiere entre adolescentes con o sin escoliosis moderada.
    • No existe correlación entre el grado de curvatura de la columna y la presencia de dolor.
  • Fuerza/resistencia muscular:
    • La resistencia muscular solo se asocia débilmente con el dolor lumbar y explica una parte pequeña de un dolor futuro. Estos déficits también se han asociado al estilo de vida y a factores psicológicos, lo que, de nuevo, puede crear cierta confusión y derivar en conclusiones erróneas
    • Puede ser interesante evaluar la fuerza y la resistencia muscular en adolescentes, especialmente en aquellos que se exponen a altas cargas.
  • Hipermovilidad.
    • Es muy común entre los adolescentes, sobre todo en chicas, pero no se asocia ni predice el dolor lumbar (ni otras dolencias musculoesqueléticas).
    • Hay que ser precavidos a la hora de asociar la hipermovilidad con el dolor, aun cuando ambas variables aparecen juntas.
  • Diseño de sillas
    • Debido a que estar sentados es un factor agravante del dolor lumbar, muchas personas han tratado de eliminar este problema mediante el diseño de cómodas sillas que permitan reducir la prevalencia de dolor. Sin embargo, no existe evidencia de que exista una silla que tenga especiales beneficios sobre el dolor lumbar.
    • En ocaciones, un cambio de mobiliario puede tener un efecto positivo, pero parece que tiene poca duración y que está más asociado al hecho de hacer cosas diferentes que a otra cosa.
  • Flexión de columna/levantamientos de objetos
    • En adultos se ha encontrado una asociación moderada entre la exposición a cargas repetidas, las flexiones de columnas y las rotaciones en las actividades diarias el dolor lumbar (aunque no existen datos que muestren una relación causa-efecto entre estas variables y el dolor). En adolescentes existe bastante menos evidencia, pero algunos estudios transversales han mostrado que los deportistas con dolor lumbar adoptan patrones de movimiento que son provocativos para su espalda (ej. llevan la columna a grados terminales de flexión durante movimientos repetidos cíclicamente), pero, de nuevo, hay que tener en cuenta que esto no implica que estos patrones de movimiento sean causativos, sino un medio de provocación continua de los síntomas.
  • Mochilas
    • Aunque algunos estudios transversales mostraron una asociación entre el uso de mochilas y el dolor lumbar, una reciente revisión sistemática ha concluido que “no existe evidencia clara de que aspectos relacionados con el uso de mochilas incrementen el riesgo de sufrir dolor de espalda en niños y adolescentes”.
    • La carga percibida de la mochila muestra mayor relación con el dolor lumbar que la carga real de la mochila, lo que refuerza la importancia de los factores psicológicos en el dolor.
    • Incorporar actividad física, como caminar o montar en bici, parece que protege frente al dolor aun cuando se llevan mochilas durante largas distancias.
  1. Factores psicológicos.
  • Cognitivos (pensamientos acerca del dolor y/o salud)
    • Uno de los mejores predictores del pronóstico y recuperación del dolor lumbar es la autoeficacia (sentimiento de ser capaz, en este caso de vencer al dolor)
    • Pensamientos negativos acerca de qué indica el dolor (ej. daño…), de cómo debe manejarse (ej. reposo, evitar actividad, no ir al colegio/trabajo…) y de posibles consecuencias futuras (ej. inhabilitación, desempleo…) están asociados con peor pronóstico.
    • Pensamientos catastrofistas sobre el significado del dolor lumbar son comunes y vienen acompañados de sentimientos de desesperanza, desesperación, mayor inhabilitación y peor respuesta a los tratamientos.
  • Emocionales (sentimientos reflejo del propio dolor, de la situación social y/o problemas de salud mental)
    • Uno de los más comunes es el miedo. Puede reflejar miedo a algo que esté mal en su espalda, a qué puede o no hacer de manera segura y miedo a lo que le depara el futuro.
    • Se ha encontrado una asociación entre el dolor lumbar y una mala salud mental, reflejada e aspectos internos (ej. ansiedad, depresión, aislamiento social…) y externos (ej. comportamientos agresivos, temerarios, contra las normas…). Algunos los tienen con mayor frecuencia y en otros se presentan muy poco.
  1. Factores sociales.
  • Está bien evidencia que los factores sociales están fuertemente relacionados con el dolor lumbar. Esto incluye:
    • Características de la cultura y la sociedad (ej. historial de dolor lumbar en familia, estatua socioeconómico y educación)
    • Exposición a eventos/situaciones estresantes (ej. abuso, ambiente negativo en colegio/deporte, situación familiar complicada…)
    • Relaciones negativas (ej. castigos…)
  • Cuando se trate con un adolescente con dolor lumbar es necesario considerar todo su entorno (familia, amigos, entrenador…)
  1. Factores relacionados con hábitos de vida.
  • Actividad física
    • Existe una relación no lineal entre el dolor lumbar y la actividad física. Se ha demostrado que tanto poca como mucha actividad física pueden estar relacionadas con el dolor lumbar.
    • Existe evidencia de que la actividad física es segura si la exposición a altos niveles de actividad se hace mediante una progresión sensata de cargas, y de que mantenerse activo se asocia generalmente con menor tasa de dolor lumbar y lesión.
  • Sueño
    • Las horas de sueño adecuadas en adolescentes varía en función de la edad, estado de crecimiento y niveles de actividad, pero existe consenso de que deben dormir más que los adultos.
    • El dolor lumbar y las alteraciones de sueño suelen venir de la mano, existiendo una relación bidireccional entre ambas variables (mal/poco sueño predice y empeora el dolor lumbar y la presencia de esta dolencia predice problemas futuros de sueño).
  • Televisión/ordenador
    • A pesar de que se asocia a un alto nivel de sedentarismo, lo que no es muy recomendable en términos de salud general, la frecuencia de visualización de televisión o del uso del ordenador no predice el desarrollo de dolor lumbar inhabilitante en adolescentes.
  • Tabaco, alcohol y otras drogas
    • Se ha encontrado una pequeña asociación entre el dolor lumbar y el consumo de estas sustancias. Sin embargo fumar o beber alcohol no parece ser un buen predictor de dolor en el futuro en adultos, lo que sugiere que estas asociaciones observadas pueden deberse a la presencia de otros factores relacionados (ej. estado de ánimo, estatus socioeconómico).
    • Preguntarles a los adolescentes acerca de su relación con estas sustancias puede abrir paso a una conversación acerca de sus circunstancias sociales y sobre las formas con las que se relaja.
  • Dieta/obesidad
    • Se ha observado una relación entre el dolor lumbar y la obesidad, pero, de nuevo, no tiene por qué ser causal. Existen otros factores que pueden crear confusión (ej. estatus socioeconómico, ánimo, niveles de actividad física).
    • Después de estudiar diferentes factores dietéticos (ej. nutrientes específicos, calidad dieta…)  parece que no son buenos predicadores de dolor lumbar.
    • A pesar de que durante años se le ha prestado mucha atención al posible aumento de carga mecánica sobre la columna que podría suponer un aumento grande de peso, ahora se piensa que el aumento de adiposidad está implicado en las condiciones dolorosas a través de procesos inflamatorios sistémicos. Esto refuerza el concepto de que son muchos los factores que aumentan el riesgo de desarrollar dolor o de que este persista, no principalmente por aumentar la carga sobre la columna, sino haciendo que la persona en su conjunto sea más susceptible al dolor por un proceso de sensibilización.
  1. Factores de salud general
  • Otras comorbilidades (ej. fatiga, insomnio, síndrome de colon irritable, otros dolores como migrañas…) están asociados con el desarollo de dolor lumbar.
  • Estas comorbilidades influyen fuertemente sobre los niveles de inhabilitación y actúan como una barrera para el tratamiento de dolor que requiere una consideración especial
  • En los adolescentes es interesante evaluar el estado de salud en su conjunto (ej. tasa de crecimiento, desarrollo pubertad, ciclo menstrual…).

 

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