[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=»Efectos de la Resolvina D1 en lesiones musculares» font_container=»tag:p|font_size:30|text_align:left|color:%231e1e1e» google_fonts=»font_family:Open%20Sans%3A300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C600%2C600italic%2C700%2C700italic%2C800%2C800italic|font_style:600%20bold%20italic%3A600%3Aitalic»][ultimate_spacer height=»30″ height_on_tabs=»15″ height_on_tabs_portrait=»15″ height_on_mob_landscape=»15″ height_on_mob=»15″][vc_column_text]
No deberíamos demonizar la inflamación aguda que acontece tras un daño en un tejido. Se trata de un proceso fisiológico natural y necesario para que se produzca una regeneración adecuada de la zona afectada.
Diversos estudios han mostrado que la aplicación de métodos antiinflamatorios quizá no sea la mejor estrategia de cara a lograr que la recuperación se acelere. Por el contrario, podemos alterar la cadena de acontecimientos que dan lugar a la regeneración de un tejido lesionado y, en consecuencia, que la recuperación sea menos efectiva/eficiente.
En lugar de estrategias anti, debemos de favorecer aquellas que ayuden a resolver la inflamación. Aquellas que ayuden a nuestro cuerpo a llevar a cabo los pasos necesarios para la curación (pasamos del anti- al pro-).
En este sentido, existen unos mediadores lipídicos (resolvinas, lipoxinas, protectinas y maresinas) derivados de los ácidos grasos poliinsaturados (AA, EPA, DHA) que están especializados en la prorresolución de la inflamación (SPMs: Specialized Pro-resolving Mediators).
Una reciente investigación ha demostrado (en ratones) que el tratamiento con resolvinas (RvD1 inyectado) tras una lesión muscular. Como resultado: regeneración normal, mejor recuepración fuerza, mayor área sección transversal, mayor tamaño fibras IIb…Todo esto a consecuencia de favorecer el proceso de regeneración: menos macrófagos a 24h, menos neutrófilos a 72 h, mayor fagocitosis de macrófagos, a los 5 días mayor expresión de miogenina y macrófagos M2…
Estos resultados nos ayudan a entender mejor los procesos de regeneración de nuestros tejidos y cómo podemos optimizarlo. Como comentaba, quizá lo mejor no sean los métodos antiinflamación (efectos supresores en miogénesis in vitro) sino los prorresolución de la misma.
Que la alimentación es clave en la optimización de la recuperación de lesiones no es nuevo. Pero vamos conociendo un poco mejor los alimentos que pueden ayudarnos en esta tarea.
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