LOGO FIDIAS NARANJA Y NEGRO 2021

FIDIAS LAB

El uso de tablets inhibe melatonina y reduce la somnolencia

Pocas dudas tenemos de que para tener una buena salud, rendir adecuadamente a nivel físico y cognitivo, así como para tener un buen estado anímico, el descanso es fundamental. Todos hemos comprobado, y así se ha demostrado en numerosos artículos científicos: si nos privamos (o nos privan) de sueño total o parcialmente, empiezan a aparecen problemas de toda índole. Los profesionales de la salud debemos ser conscientes de esto y tratar de modificar los hábitos de sueño de las personas con las que trabajamos. 

Este mismo año se publicaba una revisión sistemática (Bonnar D. y col. 2018) en la literatura científica que resumía y evaluaba estudios de intervención que tuvieron como objetivo la mejora del sueño y el rendimiento y/o recuperación de deportistas. Una vez demostrada la importancia de la inclusión de intervenciones para la mejora del sueño, concluía que un programa de intervención de sueño ideal debería incluir una combinación de material educativo, tareas motivacionales y estrategias cognitivas y conductuales entregadas en una serie de clases tipo seminario. Pero,¿qué tipo de estrategias mejoran el descanso? ¿sobre qué educamos?

Existen numerosas estrategias, pero hoy me gustaría centrarme en una: la limitación o eliminación del uso de aparatos electrónicos a ciertas horas del día

Recientemente, un estudio mostraba que cuando se deja de utilizar, durante una semana, el teléfono en la habitación, las personas mejoran el tiempo necesario para dormir y la calidad del sueño, se levantan con más energía y se sienten más calmados y felices. ¿Qué ocurriría si limito también el uso de la tablet y dedico las horas previas a dormir a leer sobre papel? 

Esto es precisamente lo que han estudiado unos investigadores de Massachusetts (Chinoy et al., 2018): comparar los efectos, en cuanto a descanso, de 5 días consecutivos utilizando aparatos electrónicos (iPad) o leyendo papel impreso (libros, revistas o periódicos). 

Los participantes comenzaban la actividad correspondiente a las 18:00 y debían permanecer utilizando el material hasta las 20:45. Tras 15 minutos de descanso, debían elegir entre irse a dormir o continuar utilizando leyendo o utilizando la tablet (en función de lo que les tocase ese día). Si elegían continuar con la actividad, eran libres de elegir el momento en el que parar para dormir. Se registraron, entre otras cosas, las horas en las que elegían acostarse, los momentos en los que se quedaban dormidos, el nivel de somnolencia/alerta por la noche y al despertarse, y los niveles de melatonina.

Los investigadores observaron que las personas posponían la hora de acostarse en las noches de tablet (22:03 ± 00:48 h) en comparación con las noches de papel (21:32 ± 00:27 ) y que, aunque el tiempo que pasaban en la cama fue el mismo en ambas condiciones, también se retrasaba la hora en la que se quedaban dormidos (tablet: 22:25 ± 00:54 h, papel: 21:54 ± 00:25h).

En cuanto a los niveles de melatonina, pudo comprobarse que las noches en las que se utilizaba la tablet existía una mayor supresión y se retrasaba el inicio en el incremento de esta hormona (retraso que aumentó a lo largo de la semana que utilizaron el iPad).

Además, la potencia de las ondas delta/theta en las regiones frontal, occipital y central (un marcador objetivo del grado de somnolencia) fue sustancialmente menor en las noches de tablet. Estos marcadores fisiológicos cuadran (no podía ser de otra manera) con la percepción subjetiva de los participantes. Cuando usaban el iPad se encontraban menos cansados al finalizar la primera fase de actividad a las 21:00 horas; por eso retrasaban el momento de acostarse. Como es lógico, al día siguiente por la mañana ocurría lo contrario y presentaban un mayor grado de somnolencia.

Este estudio vuelve a demostrar que el uso, durante la tarde-noche, de aparatos electrónicos está asociado con un retraso e inhibición de melatonina y con una menor somnolencia, tanto objetiva como subjetiva. Esto se tradujo en la elección de horarios tardíos de sueño y en consecuencia, una mayor percepción de sueño por la mañana.

Aunque en este caso el retraso solo era de media hora, ya se ha demostrado que estos minutos que le restamos al sueño puede asociarse, y así lo comentan los autores, “con numerosas alteraciones de salud y comportamiento”. Pensemos, además, que se trata de unas condiciones especiales donde las personas están en un laboratorio (pueden no sentirse libres de actuar como lo harían en casa) y en las que solo podían utilizar la tablet. Imaginemos que resultados podrían encontrarse si analizáramos el comportamiento de las personas estando en casa y pudiendo utilizar otros dispositivos como el móvil, la tele o el ordenador…

A esta preocupación por la disminución de sueño y problemas asociados, deberíamos de añadirle otra no menos importante. Cuando solo están disponibles libros, periódicos y revistas, la persona no hace otra cosa que leer. Por el contrario, cuando lo que tiene disponible es una tablet solo dedica un tercio del tiempo a leer. El resto del tiempo lo emplea en otro tipo de actividades como la visualización de vídeos, en redes sociales o jugar a videojuegos. Actividades que pueden alterar el sueño vía motivacional (sistema de recompensa). Se unen varios factores que influyen negativamente en el sueño. 

Cursos destacados

Leave A Comment

El libro que cambiará tu forma de prevenir
y recuperar
lesiones de hombro

×

 

¡Hola!

Haz click abajo para hablar con nosotros

× ¿Alguna duda?