Hemorragia, edema, necrosis, modificación de la estructura de las fibras musculares, actuación de células satélites y sistema inmune…Una lesión muscular provoca grandes alteraciones en la región afectada que requieren de una serie de sucesos fisiológicos para que todo vuelva a estar en orden. Los profesionales de la salud deben conocerlos y realizar actuaciones que logren favorecer dichos procesos.
Recientemente mostramos un estudio que mostraba que la aplicación diaria de vibración local de baja intensidad favoreció (vs control) un aumento en el diámetro y en el área de sección transversal de las fibras musculares tras una lesión. Asimismo, el área ocupada por miofibras con núcleo en la periferia aumentó más y el área dañada se redujo en mayor medida.
Ahora una investigación demuestra (de nuevo con modelos animales) que la estimulación eléctrica de baja frecuencia también podría facilitar la regeneración muscular tras una lesión en el bíceps femoral. En concreto, mostraron que estimular eléctricamente a 20 Hz —durante 30 minutos, 2 veces al día—provocó un aumento en la expresión de MyoD y miogenina (marcadores de la proliferación y diferenciación de las células satélites, respectivamente). Seguramente, esto (entre otras cosas) explica que, en comparación con un grupo control, el grupo que recibió estimulación eléctrica presentara fibras más maduras y ordenadas a los 7 días de la lesión, y un mayor área de sección transversal de las fibras musculares 14 días después.
