Cada movimiento que realizas es la expresión de la actividad de tu sistema nervioso, que se retroalimenta del propio movimiento y se adapta. A su vez, esta expresión del sistema nervioso afecta y modifica todos los demás sistemas y estructuras provocando adaptaciones a todos los niveles (muscular, óseo, circulatorio…).
Como entrenadores, tratamos de mejorar el movimiento de un cliente, ya sea para mejorar su rendimiento específico en una disciplina concreta o para evitar que un gesto ineficiente provoque daños en las estructuras que lo sostienen.
Durante 15 horas aprenderemos a mejorar y desarrollar los movimientos de nuestros clientes y a entender y practicar cómo organizar y dirigir los procesos que se llevarán a cabo en relación a los objetivos que ellos persiguen, tratando de desarrollar la eficiencia y eficacia de nuestro organismo.