Una nueva investigación publicada en Nature vuelve a demostrar el potencial de la imaginería motora. En este caso nos muestra que los participantes lograron mejorar su rendimiento en una tarea motora de laboratorio cuando estos la practicaron de manera “física” y cuando lo hicieron de manera imaginada, sin diferencias entre grupos. Al realizar la práctica “real” las ganancias fueron más rápidas, pero con el paso del tiempo un aumento en la consolidación de la información en el grupo que realizó el mental imagery hizo que ambos grupos presentaran el mismo nivel de rendimiento a las 6 y 24 horas.
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