Acaba de publicarse una revisión con metanálisis que concluye que tanto la crioterapia como la termoterapia pueden ser estrategias igual de válidas para reducir las agujetas. Aunque el calor parece mostrar efectos más duraderos.
Cómo aliviar las agujetas
Los resultados, obtenidos tras el análisis de 32 ensayos aleatorizados y controlados, muestran que cuando aplicamos frío en la hora posterior a la finalización de ejercicio físico, las molestias musculares podrían ser menores en las siguientes 24 horas, pero que los efectos no son superiores a una situación control sobre el nivel de dolor más allá de esas 24 horas. Por su parte, con la aplicación de calor los efectos sobre el dolor fueron superiores a la recuperación control en y después de las 24 horas postejercicio.
En cuanto a cuál es el formato más adecuado para aplicar frío, no parecen existir diferencias significativas cuando se comparan los efectos de de múltiples estrategias. De esta manera, el dolor puede reducirse de manera similar cuando nos metemos en un barreño con agua helada que cuando nos ponemos un paquete de frío. La cuestión es modificar la temperatura la baja. Por el contrario, los efectos positivos de la termoterapia se observaron tras el uso de paquetes de calor (hot packs) pero no existe evidencia suficiente a favor de otras formas de aplicación de calor (ej. inmersión agua caliente, sauna…). Los autores comentan que es probable que estos resultados se deban al bajo número de artículos que investigaran este tema…
Estos resultados obtenidos con la crioterapia van en la línea de una reciente investigación que mostró que la aplicación de frío tras un maratón podría tener algunos efectos positivos en las molestias musculares y en la recuperación del rendimiento. Sin embargo, es necesario tener en cuenta varias cuestiones. Por un lado, que algunos no encontraron efectos superiores a recuperación placebo y que otros encontraron efectos perjudiciales en la recuperación postejercicio con ciertos protocolos (ver aquí y aquí). Por otro, que se ha demostrado que la aplicación aguda de frío reduce la tasa de síntesis de proteína (ver aquí) y que el uso repetido de agua fría como método de recuperación puede reducir la señalización de mTORC1 (fosforilación de rpS6), aumentar los niveles basales de marcadores de degradación de proteínas (FOX-O1) y reducir el contenido de proteínas de choque térmico (HSP27 y HSP72), importantes para la síntesis de proteínas e involucradas en la inhibición de la degradación de las mismas (ver aquí). Por último, que la aplicación de calor tiene la misma capacidad (o superior) de favorecer una reducción de las agujetas, pero sin los efectos negativos asociados al descenso de la temperatura corporal comentados (ver aquí, aquí, aquí y aquí).
