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ULTRASONIDO TERAPÉUTICO Y FASCITIS PLANTAR… ¿UNA PÉRDIDA DE TIEMPO?

La fascitis plantar representa entre el 11-15% de las lesiones que afectan al pie y suele ser más común en gente activa como corredores, aunque también aparece en la población general, en especial, mujeres entre 40-60 años. Los signos más comunes para identificar la fascitis plantar son dolor y sensibilidad en el tubérculo medial del calcáneo, así como un aumento del dolor al dar los primeros pasos en la mañana y en la carga de peso prolongada.

Las opciones de tratamiento conservador para la fascitis plantar incluyen manipulación articular y de tejidos blandos, estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, tapping, estiramiento, hielo, calor, fortalecimiento muscular y plantillas. Además, la terapia de ondas de choque, las infiltraciones, los medicamentos e incluso las intervenciones quirúrgicas se utilizan en caso de que los tratamientos conservadores resulten ineficaces. En la actualidad, los investigadores no han determinado la combinación más efectiva de tratamientos para la fascitis plantar debido a la escasez de investigación de alta calidad.

Hasta el momento, solo 2 estudios han examinado la eficacia del ultrasonido en el tratamiento de la fascitis plantar. Uno comparó el ultrasonido terapéutico con el tratamiento de ultrasonido simulado, y el segundo añadió estiramientos de tríceps sural a la terapia en ambos grupos. 1,2 Ambos concluyeron que la adición de la terapia con ultrasonido terapéutico no tenía ninguna ventaja sobre el tratamiento simulado en los casos de fascitis plantar.

En 2018, Katzap et al, en el siguiente artículo sugieren que los parámetros empleados no fueron óptimos y plantean la hipótesis de que el ultrasonido debe emplear parámetros que aumenten el calor en el tejido objetivo (onda continua, 1,8 W/cm, y una frecuencia de 1 MHz). El ultrasonido combinado con ejercicios de estiramiento mejoraría significativamente el dolor, la función y la calidad de vida en pacientes con fascitis plantar.

Participaron 54 pacientes con fascitis plantar y edades comprendidas entre 24 a 80 años, divididos en 2 grupos; uno de 28 sujetos a los cuales se les aplicó ultrasonido y uno de 26 donde el ultrasonido fue simulado. Ambos grupos realizaron de forma adicional estiramientos.

Los criterios de inclusión fueron: mayores 18 años que reportaban una queja primaria de dolor en la parte inferior del talón, con las siguientes características clínicas:
– Desarrollo gradual del dolor (sin traumatismo).
– Dolor que aumenta con la carga de peso o presión local.
– Dolor de predominio matutino.
– Disminución de síntomas con niveles bajos de actividad, como caminar.
Los criterios adicionales fueron una puntuación en la escala del dolor para el dolor matutino de más de 3, y sensibilidad a la presión en la región plantar proximal de la fascia, o en la tuberosidad plantar medial del hueso calcáneo.

Los criterios de exclusión incluyeron:
– Neuropatía periférica, quistes o tumores del calcáneo.
– Fracturas del calcáneo o fracturas por estrés.
– Uso de esteroides durante los últimos 6 meses.
– Cirugía del pie realizada el año anterior por infección o pie diabético.
– Síndrome del túnel del tarso (TTS).
– Síndrome de la almohadilla grasa.
– Embarazo.

Datos demograficos y línea base. Efectividad ultrasonido en fascitis plantar. 2018, Katzap
INTERVENCIÓN

Ambos grupos realizaron 3 tipos de estiramientos, uno en sedestación para la fascia plantar y dos en bipedestación con y sin flexión de rodilla para tríceps sural. El primer día practicaron los ejercicios supervisados por un terapeuta. El protocolo consistió en realizar los estiramientos 2 veces al día (una antes de caminar al despertar y otra durante el día, tras estar sentado durante un largo periodo de tiempo o al final del día), 5 repeticiones de 20 segundos cada una.

Debido a que los investigadores no encontraron publicaciones sobre la profundidad de la fascia plantar, evaluaron la profundidad de la conexión de la fascia plantar a la tuberosidad medial del calcáneo antes del estudio actual. Examinaron 10 tomografías computarizadas (TC) de pies sanos (5 de hombres y 5 de mujeres), y encontraron que la profundidad promedio de la fascia plantar era de 2.1 ± 0.2 cm.

Según esos datos, los participantes en el grupo de estudio fueron tratados con 8 minutos de ultrasonido terapéutico a una frecuencia de 1 MHz y corriente continua a una intensidad de pulso de 1,8 W/cm (cuando el nivel de sensibilidad era demasiado alto y el procedimiento afectaba al paciente, el terapeuta reducía la intensidad).

RESULTADOS

Resultados por grupos tras intervención. Efectividad ultrasonido en fascitis plantar. 2018, Katzap
A pesar de que el examinador estaba cegado y de la elección de los parámetros adecuados de la intervención para permitir que las ondas suministren suficiente energía a los tejidos diana, no hubo un efecto aditivo en términos de dolor, función y calidad de vida. Estos hallazgos son coincidentes con investigadores anteriores, por lo que los autores concluyen que la terapia con ultrasonidos debería ser excluida en el tratamiento de fascitis plantar.

Por otro lado, al comparar el inicio y el final del estudio, se encontró una mejora estadísticamente significativa en todas las medidas de resultado. Esta mejoría puede atribuirse al cambio espontáneo en el tiempo o a la ejecución de los estiramientos.

Dejemos de lado aquellas intervenciones basadas en costumbres y creencias y limitémonos a poner en práctica lo que nos cuenta la ciencia. Nuestro tiempo, bolsillo y pacientes lo agradecerán.

BIBLIOGRAFÍA

1. Crawford F, Snaith M. How effective is therapeuticultrasound in the treatment of heel pain? Ann Rheum Dis. 1996;55:265-267.
2. Thomas JL, Christensen JC, Kravitz SR, et al. The diagnosis and treatment of heel pain: a clinical practice guideline—revision 2010. J Foot Ankle Surg. 2010;49:S1-S19.

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