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Impacto de la restricción del uso del smartphone en la felicidad y la calidad de vida

“El siglo 21, la era del smartphone. A finales de 2016, cuatro de cada cinco británicos tenían un smartphone, un 69% de ellos miran su teléfono en la primera media hora del día y un 58% durante la media hora previa a irse a dormir (Marsden & Lee , 2016). De esta manera, los teléfonos se han convertido en compañeros constantes de los humanos” . Así comienza el reciente artículo publicado en la revista “Computers in Human Behavior”  por Nicola Hughes y Jolanta Burke y que trata de esclarecer ciertas cuestiones sobre los efectos del uso constante de los smartphones. En concreto la investigación que llevaron a cabo se centró en estudiar el impacto que tiene sobre el bienestar la restricción del uso del teléfono inteligente en la habitación donde duermen.

En el estudio participaron 95 personas —64 mujeres y 31 hombres—la mayoría habitantes de Reino Unido y aunque el rango de edad era muy amplio (1 nacido después de 1996, 10 entre 1965-1976 ,13 entre 1946-1964 y 2 de 1945 o antes) la mayoría eran “millennials” (nacidos entre 1977-1995. n=69, 72.7%). Fueron divididas en el grupo experimental (n=49) y en grupo control (n=46).

El grupo control continuó utilizando el smartphone como solía hacerlo, sin embargo el grupo experimental dejó de utilizar el teléfono en la habitación durante una semana. Antes y después del periodo de investigación los participantes completaron 4 cuestionarios relacionados con la felicidad subjetiva, la calidad de vida, la adicción al smartphone y la frecuencia de diferentes emociones. Además tuvieron que responder a una pregunta acerca de cómo les fue la experiencia de limitar el uso del smartphone; «¿qué cambios, si hubo alguno, observaste en ti mismo como consecuencia de la intervención?«.

Una vez finalizado el periodo experimental, los investigadores observaron una pequeña, pero significativa, mejora en en las escalas de bienestar subjetivo y calidad de vida. Además, encontraron una relación negativa entre la restricción en el uso del móvil en la habitación y el riesgo de desarrollar comportamientos adictivos con este. Estos resultados no se observaron en el grupo control. A su vez, pudieron comprobar que las personas mejoraron el tiempo necesario para dormir y la calidad del sueño, se levantaban con mas energía, se sentían mas calmados y felices, mejoraron sus relaciones personales con sus parejas y perdieron menos el tiempo, disfrutando mas de otras actividades como la lectura o aprovechando mejor la mañana. Como muestra del impacto que tuvo en sus vidas la intervención realizada, el 94% de los participantes comentaron que considerarían o deberían de considerar autoimponerse esta restricción en el uso del smartphone.

Los autores concluyen que, si bien los cambios fueron pequeños y son necesarias mas investigaciones, la limitación total o parcial del uso de los smartphones en la habitación donde dormimos podría ser una estrategia interesante para aumentar el bienestar personal y la calidad de vida.

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