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Autonomía: ¿un ingrediente olvidado en el programa de entrenamiento?

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La ciencia de la actividad física y del deporte avanza a un ritmo desenfrenado. Cada mes se publican una gran cantidad de estudios cuyos resultados pueden tener una repercusión mas o menos directa sobre el día a día de los entrenadores. De esta manera, cada vez son mas las variables que se tienen en cuenta a la hora de diseñar un plan de entrenamiento, y aunque los aspectos “biomecánicos” y “fisiológicos” (selección y técnica de ejercicios, intensidad, volumen,carácter esfuerzo, tiempo recuperación…) siguen siendo los mandamases, tras demostrarse su importancia en múltiples estudios, hay otros aspectos—que tradicionalmente podrían catalogarse como “psicológicos”—que van cobrando mas protagonismo. En este último grupo, se incluyen variables como la educación, las instrucciones y foco atencional, el tipo y cantidad de feedback o estrategias motivacionales.

En 2016, Wulf G y Lewthwaite R., publicaron una revisión titulada “Optimizing performance through intrinsic motivation and attention for learning: The OPTIMAL theory of motor learning” (cuya lectura recomendamos encarecidamente) en la que resaltaban la importancia de la presencia de 3 de estos factores “psicológicos” para el aumento del rendimiento y aprendizaje motor. Estos eran: 1) aumento de las expectativas , 2) foco externo de atención y 3) autonomía.

La autonomía entendida como “la capacidad de tomar decisiones y ejercer control sobre el propio entorno” va cobrando poco a poco interés en el campo del entrenamiento deportivo. Es por ello que hoy nos gustaría recomendar la lectura de una revisión que trata sobre la importancia de tener en cuenta esta variable cuando se diseña un plan de entrenamiento.

El artículo, escrito por Israel Halperin y colegas y titulado “Autonomía: ¿un ingrediente olvidado en el programa de entrenamiento?” tiene 3 objetivos: 1) discutir sobre cómo la elección aumenta el aprendizaje y el rendimiento, 2) describir mecanismos de los efectos positivos observados y 3) ofrecer sugerencias practicas para entrenadores sobre como implementar la autonomía.

1. Los efectos de la autonomía sobre el aprendizaje y el rendimiento. 

Aprendizaje motor (efectos tras un período de entrenamiento. Pre-post test retención o transferencia)

Muchos estudios de aprendizaje motor han mostrado que mediante la permisión de que los atletas realicen elecciones relacionadas con el programa de entrenamiento, se pueden conseguir mejoras que van más allá de la manipulación de otras variables tradicionales de entrenamiento.

La precisión, comúnmente medida con las tareas de lanzamiento, golpeo de golf y lanzamiento de baloncesto, se mejora cuando los participantes reciben opciones de elección durante la práctica. Por ejemplo, los participantes a los que se les dio la opción de elegir sobre la cantidad de series-lanzamientos de baloncesto a realizar mejoraron el rendimiento en mayor medida (~ 20%) en comparación con los participantes del grupo que entrenó con una cantidad comparable de tiros pero sin opciones de elección.

El equilibrio, generalmente medido con tareas realizadas en una plataforma de fuerza o en un estabilizador, es otra cualidad que se ha demostrado que mejora cuando a los participantes de les da autonomía sobre la práctica. Por ejemplo, el equilibrio mejoró (~ 30%) cuando los participantes eligieron el orden de tres ejercicios de equilibrio en comparación con el grupo de control que completó los ejercicios en un orden predeterminado.

Otras opciones de elección, que han sido manipuladas y han demostrado ser efectivas en los estudios de aprendizaje motor, incluyen el uso de material de asistencia, la cantidad de práctica y el momento de comunicación de feedbacks.

Los efectos beneficiosos de la práctica autocontrolada se ven incluso cuando las elecciones no están relacionadas con la tarea. Por ejemplo, permitirles a los participantes elegir el color de la pelota que estaban a punto de tirar o golpear mejoraron la precisión en comparación con el grupo de no elección. Incluso, recientemente, se demostró que cuando en una tarea de lanzamiento a los participantes se les permitió elegir el color de la colchoneta colocada debajo del objetivo, la precisión del lanzamiento mejoró (~ 20%) en comparación con el grupo que no tuvo elección. Si bien no todos los estudios encontraron resultados comparables, estos hallazgos resaltan la naturaleza motivacional del efecto de otorgar automía. Desde una perspectiva práctica, esta línea de investigación sugiere que la elección no tiene que ser significativa, o incluso relevante, para mejorar los procesos de aprendizaje de los atletas con quienes se trabaja.

También se ha demostrado que manipular el lenguaje de entrenamiento afecta el aprendizaje motor. Hooyman y col. observaron que las instrucciones que proporcionaban a los participantes un sentido de elección para ejecutar correctamente una acción de bolos (por ejemplo, «… es posible que desees …», «… siéntete libre de ir a un ritmo en el que te sientas cómodo» …) mejoraban la precisión de lanzamientos (~ 20%), la autoeficacia y el afecto positivo en comparación con los participantes que recibieron instrucciones que ofrecían pocas opciones para realizar la tarea (p. ej.,» debe mantener un ritmo constante «, «no lo arroje en un ángulo lateral.. «). En un estudio de Halperin y col., se registraron y analizaron los comentarios verbales proporcionados por los entrenadores de boxeo a sus atletas entre rondas en competición. Curiosamente, en los combates que se perdieron, los atletas recibieron un 8% más de feedbacks de control (ausencia de posibilidad de elección) en comparación con los combates que se ganaron. A pesar de ser un estudio observacional, del cual no se pueden extraer conclusiones sobre las relaciones causa-efecto, los resultados apuntan a una posibilidad interesante que justifica una investigación futura. En consecuencia, los entrenadores deben considerar la influencia que tiene el lenguaje de entrenamiento en el aprendizaje. Específicamente, es ventajoso intentar utilizar un lenguaje que permita a los atletas sentir una sensación de control sobre su entorno de entrenamiento.

En resumen, los efectos positivos que la posibilidad de elección tiene en el aprendizaje motor son claros y consistentes. Los efectos se han demostrado con una amplia variedad de opciones de elección, que van desde tareas relevantes a irrelevantes. Además, los efectos son generalizados para diferentes poblaciones, incluidos niños, adultos y personas con discapacidades motoras. Sin embargo, en su mayor parte, las medidas de resultado en estos estudios no están directamente relacionadas con la profesión del entrenamiento de fuerza y acondicionamiento físico. Por lo tanto, los futuros estudios de aprendizaje motor también deberían incluir medidas de resultado que sean de mayor relevancia para el campo  del entrenamiento de fuerza y acondicionamiento físico. Por ejemplo, cuantificar los efectos de las elecciones en técnicas de levantamiento de pesas, biomecánica de cambio de dirección…

Rendimiento motor

Algunos estudios recientes han investigado los efectos de la autonomía en el rendimiento. En un estudio de caso, realizado por Halperin y col., un campeón mundial de kickboxing recibió instrucciones de realizar dos rondas de 12 golpes con esfuerzo máximo a un saco, que midió fuerzas y velocidades, en un orden predeterminado o en un orden elegido. Tener en cuenta que, en ambas condiciones, los tipos y números de golpes fueron los mismos, solo cambiaba la combinación de los mismos. A lo largo de los seis días de prueba, durante los cuales el orden de las dos condiciones se contrarrestaron, el atleta golpeó más fuerte (5-10%) y / o más rápido (6-11%) bajo la condición de elección en comparación con la condición de no elección. En un estudio de seguimiento, realizado también por Halperin y col., repitieron el mismo diseño con 12 kickboxers aficionados durante dos días de prueba y encontraron tamaños de efecto similares, aunque más pequeños, que favorecen la condición de elección (fuerzas: 3%, velocidades: 6%). Hasta donde se conoce, este fue el primer estudio en examinar cómo la provisión de opciones afecta el rendimiento en lugar del aprendizaje. Además, difería de estudios comunes de aprendizaje motor de dos maneras. Primero, en este estudio, atletas entrenados completaron una tarea con la que estaban muy familiarizados, en contraste con los participantes desentrenados en una nueva tarea. En segundo lugar, la tarea requería niveles máximos de producción de velocidad y fuerza en lugar de la precisión o el equilibrio comúnmente medido. Estos resultados son de gran relevancia para los entrenadores. Demuestran que otorgar elección sobre la práctica puede conducir a incrementos inmediatos y significativos en la producción de velocidad y fuerza en atletas entrenados, por lo que podría, por ejemplo, otorgar beneficios similares con otros ejercicios de potencia, por ejemplo, pliométricos, entrenamiento de fuerza de estilo olímpico y entrenamiento de sprint.

Confirmando los efectos inmediatos que las elecciones tienen en el rendimiento, Iwatsuki y col.  informaron que la fuerza máxima de la empuñadura se mantuvo mejor cuando a los participantes se les permitió elegir el orden de las manos en el que se completaron las series de entrenamiento (dominante y no dominante). Mientras que las fuerzas disminuyeron a través de las tres series en un grupo control (de 398 a 371 N), los participantes en el grupo de elección lograron mantener similares niveles de fuerzas a los observados durante su primera serie (397 N en la primera y última). Estos resultados fortalecen las observaciones de Halperin y col. y muestran que no solo los atletas de competición se benefician de la oferta de elección cuando se trata de producción máxima de fuerza, también lo hacen participantes desentrenados y amateurs. Además, los resultados apuntan a la posibilidad de que la provisión de elección posponga la fatiga muscular.

Los programas de entrenamiento generalmente enfatizan la manipulación de las variables de entrenamiento, como la carga y el volumen, pero también podrían beneficiarse al considerar los efectos de la provisión de autonomía. Hasta donde se conoce, solo tres estudios examinaron los efectos de las elecciones en los resultados de programas de entrenamiento. Las opciones incluidas en estos estudios fueron 1) las repeticiones a completar dentro de cada sesión, 2) el orden de las sesiones de entrenamiento de fuerza completadas en una semana determinada, y 3) los ejercicios a completar en una sesión determinada. Estos grupos fueron comprados con grupos que se vieron privados de tales elecciones y completaron el programa en un orden predeterminado.

McNamara y Stearne , que evaluaron a mujeres desentrenadas durante un programa de entrenamiento de dos sesiones semanales durante 12 semanas, observaron que las participantes que podían elegir uno de los tres rangos de repetición (10, 15 o 20) ganaron más fuerza en la prensa de piernas (~ 63 kg) en comparación con el grupo de control (~ 16 kg). Sin embargo, no se observaron otras diferencias entre los grupos en 1RM en press de banca y salto de longitud. Estos hallazgos son de interés práctico cuando se considera que los participantes en ambos grupos completaron la misma cantidad de series y repeticiones durante el período de entrenamiento.

Colquhoun y col. investigaron los efectos de la inclusión de elección durante un programa de entrenamiento de fuerza periodizado de nueve semanas compuesto por dos sesiones de fuerza y ​​una sesión de hipertrofia por semana en hombres entrenados. Los participantes en un grupo eligieron el orden de las tres diferentes sesiones semanales, los participantes en el grupo control completaron las sesiones en un orden predeterminado. Al final del período de entrenamiento, no se observaron diferencias entre los grupos en la fuerza, los niveles de motivación, la satisfacción con el entrenamiento y RPE de sesión. Sin embargo, los autores informaron que, en el grupo de elección solo abandonaron dos participantes en comparación con cuatro en el grupo de control. Además, el 79% de los participantes del grupo de elección asistieron a todas las sesiones, comparado con 73% en el grupo de control. Por lo tanto, la provisión de elección puede conducir a una mayor adherencia y asistencia a las sesiones de entrenamiento, pero se requiere más trabajo para confirmar esta hipótesis. Esta perspectiva está respaldada por un estudio de Wulf y col., en el que los participantes eligieron el orden de los cuatro ejercicios de calistenia que se realizarían, o se les dijo que completarían los ejercicios en un orden específico. Posteriormente, se pidió a los participantes en ambos grupos que decidieran el número de series y repeticiones que querían completar en cada uno de los cinco ejercicios. A pesar de tener una aptitud física similar, los participantes a los que se les permitió elegir el orden de los ejercicios completaron un 60% más de repeticiones en general. Por lo tanto, una simple elección parece aumentar un motivación de los individuos para hacer ejercicio.

Seleccionar los ejercicios que se completarán en cada sesión durante un período de entrenamiento es una forma de examinar la influencia de las elecciones en el éxito de un programa. Rauch y col. estudiaron los efectos sobre un programa de entrenamiento de nueve semanas (3 sesiones a la semana) en hombres entrenados en fuerza. A los participantes se les permitió elegir los ejercicios que completaron cada uno de los días (un ejercicio de tres posibilidades por parte del cuerpo, con seis ejercicios en total) o los completaron en un orden predeterminado. No se encontraron diferencias estadísticas entre grupos en fuerza máxima, masa corporal magra, RPE o percepción de recuperación. Sin embargo, el grupo de elección acumuló considerablemente más volumen de carga total (573,288 frente a 464,600 kg). Dadas las grandes diferencias en la carga de entrenamiento y la similar RPE y percepción de recuperación, es posible que los participantes en el grupo de elección pudieran toleran mayores cargas externas sin aumentos en las medidas de cargas perceptuales. Además, se observó una pequeña ventaja a favor del grupo de elección en la masa corporal magra adquirida (diferencias de 0,6 kg). Esta pequeña diferencia en la masa corporal magra podría estar relacionada en parte con los efectos que tiene la autonomía sobre los hábitos alimenticios. Permitir hacer varias elecciones sobre la modalidad de entrenamiento, la intensidad del ejercicio, la duración del ejercicio y demás, hace que los participantes consuman considerablemente menos calorías y ‘alimentos no saludables’ después de la sesión de entrenamiento, en comparación con el grupo de no elección (1668 vs. 2356 kJ). Por lo tanto, las elecciones pueden incluso influir en la cantidad y el tipo de alimentos que consumen los participantes.

Como se ilustra en esta sección, solo hay un puñado de estudios que directamente examinaron los efectos de la elección en el rendimiento, pero sugieren un resultado positivo en uno o más de las variables medidas. Dado que la autonomía puede ser implementada fácilmente por los entrenadores y que esta estrategia no depende de tecnologías costosas y/o específicas, es un esfuerzo que vale la pena examinar más a fondo. Además, incluir opciones permite mayor flexibilidad de entrenamiento, lo que podría reducir los niveles de estrés asociados con el entrenamiento. Ya que el papel de un entrenador puede ser bastante estresante debido a las largas horas requeridas acompañadas con una gran cantidad de responsabilidades, la inclusión de más opciones de elección al diseñar programas pueden ayudar a reducir y manejar los diversos factores de estrés. Más allá, emancipar a los atletas para tomar sus propias decisiones de entrenamiento, favorecerá el desarrollo de personas más motivadas e independientes, que pueden aceptar más responsabilidad en su propio entrenamiento y rendimiento, lo que podría fomentar una mejor adherencia.

2. Posibles mecanismos.

Las razones subyacentes de los efectos positivos de la provisión de elección son de gran interés. Tradicionalmente, los beneficios de la práctica autocontrolada (elección) se han explicado con la participación más activa de los participantes en el proceso de aprendizaje y un procesamiento de información más profundo de información relevante. Las investigaciones más actuales enfatizan la naturaleza motivacional del efecto. El mismo acto de tomar decisiones, independientemente de su relevancia para la tarea motriz completa, es gratificante y aumenta las percepciones de autonomía y competencia. Actuar de forma autónoma se considera biológicamente motivador, como lo ilustra el hecho de que incluso los niños pequeños prefieren elegir entre varias opciones, incluso antes de pasar por cualquier proceso de socialización. De hecho, se ha propuesto que los humanos nacen para elegir. Esta perspectiva se ve respaldada por un número creciente de estudios que muestran que las elecciones irrelevantes para la tarea mejoran el aprendizaje en una medida similar a la relevante. Estos resultados ejemplifican que el acto de elegir, y no el contenido de la elección en sí, es el factor decisivo que conduce a un mejor aprendizaje y rendimiento. Los estudios de neuroimagen muestran que el acto de elegir se asocia con una mayor activación del cuerpo estriado ventral y la corteza prefrontal ventromedial, áreas del cerebro asociadas con el afecto y la motivación. La naturaleza gratificante de la elección parece ser una condición previa, por ejemplo, para el procesamiento efectivo de la información de error. Las diferencias en el procesamiento de la información observadas entre las condiciones que apoyan o no la necesidad de autonomía de los participantes son consecuencia del impacto motivacional de esas condiciones.

La autonomía es una variable clave en la teoría ÓPTIMA del aprendizaje motor (Wulf G y Lewthwaite R 2016). Se considera un importante contribuyente a la vinculación de los objetivos de movimiento y las acciones motoras necesarias, lo que se denomina acoplamiento objetivo-acción. Esto conduce a un rendimiento y aprendizaje motor más efectivos y eficientes. Tener un sentido de autonomía mejora las expectativas de resultados positivos y, a menudo, resulta en una mayor autoeficacia y motivación intrínseca en comparación con las condiciones de control. Esto les permite a los atletas mantener su enfoque de atención en el objetivo de la tarea, sin la necesidad de realizar actividad de autorregulación y la supresión de las reacciones emocionales negativas que resultan del control de los entornos. Las expectativas de recompensa provocan respuestas dopaminérgicas que son importantes para el desarrollo de las conexiones neuronales necesarias para el rendimiento exitoso, incluida la producción de fuerza. También se ha demostrado que la anticipación de la recompensa reduce la actividad electroencefalográfica de frecuencia beta, que inhibe la actividad motora espinal. Estas influencias contribuyen a una mayor eficiencia de movimiento y una coordinación efectiva en condiciones de autonomía.

3. Aplicaciones prácticas 

Si bien se requiere más investigación, especialmente la investigación relacionada con la fuerza y acondicionamiento físico, la literatura actual proporciona una buena base para proporcionar recomendaciones generales y provisionales para entrenadores sobre el papel de la autonomía y la disposición de elección en el diseño del programa.

Principalmente, la provisión de opciones debería recibir una considerable atención por parte de los profesionales y los investigadores de fuerza y acondicionamiento físico. Es una estrategia de entrenamiento simple y efectiva que puede implementarse fácilmente independientemente del equipamiento. La parte restante de esta sección tratará formas particulares en que las elecciones se pueden usar como una estrategia efectiva.

Primero, se recomienda seguir un enfoque de menos a más cuando se trata del número de opciones proporcionadas, sobre todo en personas nóveles. Es decir, hasta que los entrenadores conozcan a los atletas con quienes trabajan, y aprenden cómo, y qué, individuos y/o grupos responden mejor, puede ser más seguro comenzar con menos opciones de elección. Esta recomendación se basa en la posibilidad de que demasiadas opciones al inicio de un programa puedan dar la errónea impresión de que el entrenador es inseguro, o alternativamente, puede llevar a que el programa sea seguido de una manera desorganizada, especialmente si se trabaja en grupos. Resultados de un estudio de Hodges y col. apoya esta proposición de entrenamiento. Proporcionar a los principiantes muchas opciones relativas a la estructura de un entrenamiento de lanzamiento (número y orden de intentos de práctica y duración del período de descanso) condujeron a un aprendizaje motor subóptimo en comparación con un grupo de músicos expertos. Mientras que los músicos no tenían experiencia con la tarea de lanzamiento , tenían experiencia en la programación de sesiones de entrenamiento. Estos resultados sugieren que mientras que la práctica de autocontrol facilita el aprendizaje, se requieren restricciones hasta que se gana una experiencia de entrenamiento relevante. En consecuencia, la cantidad de opciones podría restringirse en el inicio del programa, mientras se forman relaciones de trabajo con los atletas. El número de opciones proporcionadas puede, y probablemente debería, crecer con el tiempo. Sin embargo, el número de opciones debería alcanzar un tope, que aún no se ha identificado, con el fin de evitar una sobrecarga de elección: la condición en la cual un aumento en el número de opciones para elegir puede llevar a consecuencias negativas, como una disminución en la motivación y/o la satisfacción con la opción elegida. Considerando que demasiadas opciones pueden conducir a uno sentirse abrumado, muy pocas opciones pueden no permitir la percepción de control sobre el entorno que permite sentirse realizado.

En segundo lugar, se recomienda restringir un rango de opciones a elegir más que proporcionar una opción de elección totalmente abierta. En otras palabras, la elección provista debe ser un rango que está dentro de las limitaciones de los objetivos del programa. Por ejemplo, en lugar de permitir atletas para elegir el orden de todos los ejercicios que se completarán en una sesión determinada—una elección que es demasiado abierta y no tiene en cuenta los objetivos del programa—se sugiere que los atletas puedan elegir entre un rango limitado de ejercicios que esté en línea con el objetivo de la sesión, como elegir el orden de dos o tres ejercicios. Además, no se debe esperar que el orden seleccionado de los ejercicios influya en las adaptaciones fisiológicas acontencidas en el tiempo. Por ejemplo, en lugar de dejar que los atletas elijan el orden de dos ejercicios multiarticulares con cargas técnicas y pesadas, como el press de banca y sentadillas —dos ejercicios que su orden de ejecución puede influir en los resultados— una elección más adecuada de selección puede ser entre ejercicios uniarticulares menos técnicos y con cargas ligeras, ya que es menos probable que el orden de realización conduzca a adaptaciones fisiológicas significativamente diferentes. El grado de restricciones de elección depende de muchos factores, pero una estrategia de progresión de más a menos de restricción en el tiempo (por ejemplo, aumentar la cantidad de ejercicios que los atletas pueden elegir el orden de realización) podría ser interesante, al menos hasta que se realicen mas estudios sobre esta temática.

En tercer lugar, el tipo de opciones proporcionadas puede variar de tareas relevantes a tareas irrelevantes. En relación con el trabajo de la fuerza y ​​el acondicionamiento físico, ejemplos de opciones relevantes para la tarea incluyen orden de ejercicio, número de series y repeticiones, o períodos de descanso. Ejemplos de opciones irrelevantes para la tarea incluyen selección del color del balón medicinal, el rack para sentadillas o banco para ser utilizado en posteriores ejercicios y el tipo de temporizador utilizado. No existe ninguna razón para que los entrenadores utilicen exclusivamente una u otra opción cuando ambas son efectivas. Si bien se necesita investigación para examinar longitudinalmente si la variación de elección durante un período de entrenamiento es más beneficioso que una elección constante, parece probable que variar el tipo de opciones proporcionadas, en cierto grado, suscitarán un mayor interés y disminuiran el aburrimiento. Por lo tanto, se sugiere que los entrenadores varíen los tipos de opciones a lo largo del período de entrenamiento, mientras que son conscientes del atleta con el que interactúan y el entorno de entrenamiento único. Independientemente de si las opciones proporcionadas son relevantes o irrelevantes para la tarea, el lenguaje que les da cierta libertad a los atletas sobre cómo abordarán una tarea será más efectivo que un lenguaje controlador. Las instrucciones y feedbacks que comienzan con un «sugiero» y «probemos» probablemente conduzcan a resultados superiores en comparación con «debes» y «quiero que lo hagas». Además, preguntar las opiniones de los entrenados puede reducir las reacciones defensivas o ansiosas, y proporcionar una base para fomentar la atención sobre la actividad. En consecuencia, puede ser beneficioso hacer preguntas como “¿con qué ejercicio crees que deberías comenzar?”.

Finalmente, la interacción entre el entrenador, los atletas y el entorno de entrenamiento debe tenerse en cuenta al decidir sobre las diversas variables descritas anteriormente. Mientras está claro que las elecciones tienen un efecto positivo en el aprendizaje motor, el rendimiento, la motivación, y la autoeficacia, es muy posible que algunos atletas respondan de manera más favorable que otros a ciertas cantidades, tipos y grados de elección, y que bajo algunos circunstancias ambientales, las elecciones particulares pueden ser más adecuadas que otras. Por ejemplo, en un ambiente altamente competitivo del centro de entrenamiento de la primera división de la NCAA, proporcionar a los atletas una opción sobre el rango de repetición que se realizará en un ejercicio dado (por ejemplo, elegir entre 10 y 15 repeticiones) puede ser estrategia subóptima de entrenamiento ya que los atletas pueden terminar eligiendo regularmente el rango de repeticiones superior para impresionar a sus entrenadores y compañeros de equipo. Dada esta posibilidad, opciones de elección alternativas, como el orden de los ejercicios, pueden ser una estrategia de entrenamiento más adecuada en ese entorno de entrenamiento. El razonamiento es que decidir sobre el orden de los ejercicios no es una elección opción que se espera que impresione a los entrenadores o compañeros de equipo, en contraste con la elección la cantidad de repeticiones Por otro lado, cuando se trabaja con un atleta maduro en un formato uno a uno, proporcionar al atleta la posibilidad de elección sobre un rango de repeticiones puede ser más apropiada ya que es menos probable que sienta una presión competitiva o necesite impresionar a sus compañeros de equipo o entrenador. En consecuencia, la optimización de la estrategia de elección de opciones dependerá de la interacción entre entrenadores y atletas en un entorno concreto.

Conclusiones: 

Esta revisión muestra que dar autonomía a las personas que entrenamos, dotándolas de cierto control de la práctica deportiva, aumenta la motivación intrínseca, autoeficacia y la atención a la tarea, y puede favorecer el incremento en rendimiento motor a corto y largo plazo. Los autores hacen hincapié en la relación coste-beneficio de esta estrategia, ya que es muy fácil de implementar y las opciones de que aporten un plus positivo a otra variables entrenamiento son altas. Además muestra cómo, en las ocasiones en las que la elección de ciertas opciones relevantes para la tarea (ej. orden ejercicios) no parecen lo más indicado, la elección de variables no relevantes (ej. color de material) puede ser suficiente para mejorar el rendimiento.

En cuanto a su aplicación práctica, podemos aumentar la autonomía mediante la permisión de una participación activa (ej. selección orden, materiales, ejercicios…elección momento de feedback, visualización vídeos, uso de material accesorio…) y mediante el uso de un lenguaje que deje opciones abiertas a la elección del atleta frente al uso de un lenguaje que acote las posibilidades de elección (aunque si que parece interesante acotar en cierta medida las opciones, de manera que las adaptaciones vayan en línea con los objetivos establecidos). A su vez, al igual que en el resto de variables del entrenamiento, se recomienda una progresión acorde al nivel de experiencia y una individualización en cuanto a la elección de opciones en función de la persona, la tarea a realizar y el entorno en el que se trabaje. Por último, los autores proponen que se realicen variaciones, a lo largo del programa de entrenamiento, en cuanto a la autonomía otorgada, lo que aumentará el interés y motivación, reduciendo así la monotonía y aburrimiento.

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