Imagina que tienes que montar un puzzle pero no conoces la imagen que se va a reconstruir. Viendo cada pieza encontrarás algunas que te dan mucha información y otras poca, e incluso algunas te engañarán si no ves otras piezas que encajen y te den una visión un poco más amplia y objetiva.
Evaluamos con la intención de estimar las capacidades del organismo en relación a las demandas que su entorno le obliga a superar. Intuir qué componentes del comportamiento del sistema pueden ser modulados y optimizados para otorgar una mayor funcionalidad en las tareas que desarrolla en su día a día, en su deporte o profesión.
Aceptemos la complejidad como punto de partida, el objetivo de la evaluación será tomar el control de más elementos para tratar de ponerlos del lado de la balanza que nos interesa: decidir qué movimientos queremos que aprenda u optimice para mejorar su función y qué adaptaciones nos van a ayudar a reducir el dolor. En cada hombro hay mucho que conocer y no sé tú, pero a mí me da pena no llegar a conocerlos de verdad. ¡Cada hombro es único!
El complejo del hombro con problemas de dolor o disfunción deberíamos evaluarlo como si fuese un puzzle que no sabemos qué imagen va a formar. Habitualmente habrá piezas claves en la evaluación como el diagnóstico médico, responder a las preguntas qué hace o qué piensa, ver cómo se mueve en tareas y entornos específicos, el mapa del dolor, pero hay piezas que pueden ser irrelevantes en algunos casos o que pueden ser determinantes en otros, como son las que conseguimos con la ITV del hombro o analizando las articulaciones vecinas, a pesar de ser mediciones analíticas y descontextualizadas en su mayoría. Cualquier dato que nos dé información acerca de esa imagen no lo debemos descartar.
Pero por muy clara que veamos una evaluación nunca tendremos el 100% de las piezas, y siempre deberemos cuestionarnos nuestra valoración. También cada persona que va a montar el puzzle es diferente y algunas tendrán una imagen de conjunto con menos piezas y otras con más; además unas personas serán capaces de obtener más información y otras menos de una pieza determinada. Lo que es una pena es que no tratemos de obtener el máximo de información.
Las personas que tratan de rehabilitar o readaptar un hombro solo con el diagnóstico médico, o solo viendo cómo se mueve, o viendo solo el resultado de un test de fuerza o movilidad puede que acierten, pero tendrán menos opciones que quien tenga muchas piezas y sea capaz de encajarlas perfectamente.
A lo largo de diferentes entradas de blog hemos ido viendo como ir cogiendo diferentes tipos de piezas del puzzle:
El movimiento del hombro nunca miente.
Hay miles de puzzles esperando, ¿jugamos?
